FINAL DE OBRA

El proyecto, desarrollado por La Menara, se concibe como una continuidad entre la vivienda y su entorno natural, donde el agua se convierte en protagonista absoluto del diseño.

MATERIALES

La elección de los materiales en Villa Aqua responde a una visión de coherencia estética, funcionalidad y sostenibilidad.

PROCESO DE OBRA

El proyecto se articula mediante ejes visuales que se originan en la vivienda y se proyectan hacia el horizonte.

DISEÑO CREATIVO

El jardín se convierte así en un espejo del agua y del cielo, en un refugio donde el tiempo se detiene y la naturaleza recupera su papel central en la vida cotidiana.

FINAL DE OBRA

El jardín busca provocar una sensación de serenidad envolvente. Las superficies lisas y los materiales cálidos establecen un diálogo entre la precisión constructiva y la naturalidad de las especies vegetales. Palmeras esbeltas, plantas de follaje amplio y tapizantes suaves conforman una atmósfera tropical contenida, elegante y fresca. Este equilibrio entre estructura y vegetación define el carácter del proyecto: orden, ritmo y movimiento.

Se creó en la zona de transición una estancia bajo cota de jardín con bancos y elementos de fuego para estar de noche o en días fríos. 

La luz natural desempeña un papel esencial. Durante el día, las sombras proyectadas por pérgolas y árboles definen espacios habitables que protegen del sol; al atardecer, los reflejos del agua tiñen los muros de tonos dorados, y al caer la noche, la iluminación puntual revela las texturas del jardín sin romper su silencio. Villa Aqua representa la síntesis del paisajismo contemporáneo en la Costa del Sol: un espacio que une la sofisticación del diseño con la paz del entorno natural.

El objetivo principal a alcanzar fue buscar una transición entre la vivienda y la piscina existente mediante un estanque con pasos de piedra y lugar de estancia para tomar el sol. 

Situada en una de las zonas más privilegiadas de Marbella, Villa Aqua es una obra que combina la pureza arquitectónica con la fluidez del paisaje. El proyecto, desarrollado por La Menara, se concibe como una continuidad entre la vivienda y su entorno natural, donde el agua se convierte en protagonista absoluto del diseño. Desde el acceso, el visitante percibe una sensación de calma: la arquitectura de líneas limpias y horizontes abiertos se prolonga hacia el jardín a través de planos de piedra, láminas reflectantes y vegetación cuidadosamente estructurada.

El recorrido exterior se desarrolla a diferentes niveles, adaptándose a la topografía del terreno y aprovechando las vistas hacia el campo de golf de Las Brisas. Cada tramo del jardín ha sido diseñado como una escena independiente dentro de una narrativa común: zonas de descanso, terrazas intermedias y espacios de contemplación que fluyen en un mismo gesto. El sonido del agua acompaña cada paso, generando un ritmo pausado que guía al visitante desde la entrada hasta el corazón del proyecto: una gran piscina de borde infinito que parece disolverse en el horizonte.

MATERIALES

La elección de los materiales en Villa Aqua responde a una visión de coherencia estética, funcionalidad y sostenibilidad. Cada textura y color ha sido seleccionado para reforzar la relación entre arquitectura y paisaje, creando un lenguaje visual continuo. Los pavimentos de piedra natural en tonos arena y gris claro unifican los recorridos, aportando una base neutra que intensifica la presencia del agua. Las juntas abiertas y los sistemas drenantes garantizan la respiración del terreno y permiten un uso responsable de los recursos.

El agua, elemento vertebrador del diseño, se manifiesta en diferentes formas: estanques lineales, junto a la cocina y zonas de huerto de aromáticas, láminas rasas y la piscina principal de borde infinito. Estos cuerpos de agua no solo amplifican la luz y la escala del espacio, sino que introducen una dimensión sensorial que transforma el jardín en un refugio de frescura. Su sonido tenue acompaña el recorrido, generando un ambiente meditativo que favorece la relajación. A tal efecto se creó una fuente (pilón) justo a la pérgola. 

La vegetación se integra como parte estructural del diseño. Los arquitectos paisajistas de La Menara eligieron especies adaptadas al clima mediterráneo, capaces de mantener color y vitalidad durante todo el año. Palmeras, strelitzias, agapantos, lavandas y gramíneas ornamentales aportan textura y movimiento, mientras que plantas tapizantes y arbustos bajos definen los límites de las terrazas. La composición juega con alturas, densidades y tonalidades para generar profundidad visual y equilibrio cromático.

Los materiales complementarios —madera termotratada, acero corten y piedra volcánica— aportan calidez y contraste a la paleta neutra del conjunto. La iluminación exterior, cálida y controlada, realza los planos verticales y la textura del follaje, extendiendo la experiencia del jardín más allá del día.

Villa Aqua es un ejemplo de diseño paisajístico sostenible en Marbella: belleza y funcionalidad conviven en un espacio pensado para durar, donde la naturaleza y la arquitectura se complementan en un mismo gesto.

DISEÑO CREATIVO

El concepto creativo de Villa Aqua se construye sobre una idea esencial: el agua como principio generador del espacio. Desde los primeros trazos, el equipo de La Menara imaginó un jardín que respirara al ritmo del mar cercano, un paisaje que fluyera con la topografía y la luz. El proyecto se articula mediante ejes visuales que se originan en la vivienda y se proyectan hacia el horizonte, diluyéndose en la vegetación y los reflejos.

El recorrido es continuo, sin interrupciones perceptibles. espacios de descanso o pequeñas terrazas privadas. Estas transiciones se realizan a través de rampas suaves y escaleras integradas que mantienen la fluidez del movimiento. El diseño combina rigor geométrico con naturalidad: la arquitectura organiza, la vegetación suaviza, el agua une.

El jardín fue concebido como una experiencia multisensorial. La textura del pavimento bajo los pies, la brisa que se mueve entre las hojas, el sonido del agua, el contraste entre luz y sombra… todo está diseñado para activar la percepción y generar bienestar. El espacio invita a recorrerlo lentamente, a detenerse y contemplar.

La vegetación se distribuye en capas que acompañan la escala humana. En primer plano, especies de porte bajo que conducen la mirada; en segundo plano, masas vegetales de mediana altura que generan privacidad; y al fondo, árboles que enmarcan las vistas y definen el horizonte. Este lenguaje por capas refuerza la profundidad y el ritmo del conjunto, aportando armonía y dinamismo.

La integración con el entorno es total. El jardín no se impone sobre el terreno, sino que lo interpreta: sigue sus curvas, respeta su pendiente, se abre hacia las vistas naturales. El resultado es un espacio donde la arquitectura encuentra su reflejo en el paisaje, y el paisaje, a su vez, prolonga la arquitectura.

Villa Aqua es la expresión de un paisajismo de lujo en la Costa del Sol que busca la belleza desde la pureza y la serenidad. Cada elemento —una piedra, un reflejo, una sombra— está al servicio de una idea: transformar el espacio exterior en una experiencia vital, íntima y atemporal.
El jardín se convierte así en un espejo del agua y del cielo, en un refugio donde el tiempo se detiene y la naturaleza recupera su papel central en la vida cotidiana.