FINAL DE OBRA
El jardín está diseñado para ser vivido: espacios de descanso, rincones de sombra suave y áreas abiertas que se proyectan al exterior con calma y elegancia.
MATERIALES
La materialidad de Villa Alejandra refleja una mezcla equilibrada entre la modernidad de la vivienda y la calidez del entorno natural.
DISEÑO CREATIVO
El planteamiento creativo de Villa Alejandra parte de la intención de unificar espacios fragmentados en un conjunto coherente y fluido.
FINAL DE OBRA
La transición desde el interior de la vivienda hacia el exterior fluye sin interrupciones, generando la impresión de que ambos mundos forman un único espacio continuo.
Terrazas que se proyectan a diferentes niveles, jardines elevados que acompañan la pendiente natural y zonas estratégicamente diseñadas para la contemplación se combinan para ofrecer vistas directas hacia el azul lejano del mar. Cada mirada hacia el horizonte demuestra cómo la arquitectura se integra con el follaje y cómo cada planta, cada muro vegetal y cada área de sombra contribuye a construir un recorrido visual armonioso que abraza tanto la casa como su entorno inmediato.
El jardín no es únicamente un escenario, sino un espacio pensado para ser vivido en toda su amplitud: áreas de descanso donde detenerse a leer o conversar, rincones de sombra suave que invitan al sosiego, y espacios abiertos que se proyectan hacia el paisaje exterior con una elegancia serena.
El aire, el color y el aroma vegetal acompañan cada desplazamiento del usuario, generando una experiencia sensorial sostenida, donde cada paso refuerza la conexión con la naturaleza que rodea la villa.
En su conjunto, Villa Alejandra se presenta como una declaración de armonía entre la construcción y el paisaje, un ejemplo destacado del diseño de jardines en Marbella y Benahavís dentro del contexto natural de la Costa del Sol, donde la estética, la funcionalidad y la integración ambiental confluyen en un mismo lenguaje.
Villa Alejandra se alza en lo alto de La Alquería, en Benahavís, ocupando un enclave privilegiado donde la luz mediterránea, siempre cambiante a lo largo del día, se mezcla con una brisa suave que recorre la ladera. Esta combinación natural dialoga de manera directa con la topografía del entorno, creando un ambiente donde el paisaje parece envolver la propiedad con total naturalidad.
Desde el primer instante, el jardín se presenta como un elemento esencial, concebido para actuar como un puente entre la arquitectura residencial contemporánea y el paisaje circundante.
El acceso se despliega lentamente, abriéndose hacia una secuencia de planos vegetales y elementos construidos que conducen al visitante, paso a paso, a la sensación de llegar a un refugio pensado para desconectar, respirar y contemplar.
MATERIALES
La materialidad de Villa Alejandra refleja una mezcla equilibrada entre la modernidad de la vivienda y la calidez del entorno natural.
Los senderos y zonas de tránsito combinan piedra natural de tonos cálidos con pavimentos de hormigón suavemente texturado y grava que respetan la geometría de la arquitectura.
Paramentos vegetales actúan como muros vivos, transformando la presencia de muros perimetrales en un lenguaje vegetal cambiante con las estaciones. Maderas termotratadas y elementos metálicos discretos (como jardineras o bordes) matizan los espacios de sombra y descanso.
La paleta de materiales combina lo natural con lo técnico: piedra, madera, vegetación densa y soluciones sostenibles.
El drenaje, el riego eficiente y las juntas que permiten el paso del agua aseguran que el jardín sea bello, funcional y duradero bajo el clima de Benahavís / Marbella.
La iluminación nocturna se concibe como extensión del día: luces cálidas y discretas en senderos, sombras suaves proyectadas por árboles y pérgolas, y reflejos sutiles en elementos vegetales que convierten el espacio exterior en un escenario envolvente cuando cae la noche.
DISEÑO CREATIVO
El planteamiento creativo de Villa Alejandra parte de la intención de unificar espacios fragmentados en un conjunto coherente y fluido. Los arquitectos paisajistas de La Menara diseñaron los recorridos exteriores mediante una estructura clara de ejes visuales: líneas que emanan desde la vivienda y se disuelven en curvas suaves que se adaptan al terreno escalonado de La Alquería, utilizando contenciones estratégicas que permiten maximizar la superficie útil del jardín en la ladera.
El jardín se articula en capas: primer plano de estructura firme —senderos, plataformas, terrazas— y capas vegetales que juegan con altura, textura y sombra. Las especies seleccionadas buscan adaptarse al clima mediterráneo, aportar frescura aromática y crear contrastes estacionales en flor, color y volumen.
El juego con la topografía se traduce en microladeras, desniveles suaves que generan rincones de sombra y luz, y permiten distintas perspectivas visuales a lo largo del recorrido. Las zonas de estancia, pérgolas ligeras y espacios de contemplación fueron ubicadas estratégicamente para ofrecer vistas protegidas y espacios íntimos.
Se presta especial atención al agua: aunque no aparece como piscina principal, puede manifestarse en láminas reflectantes, canales discretos o fuentes mínimas que suavizan el entorno visual y refuerzan la serenidad.
El jardín se vive a distintas escalas: desde el detalle de la vegetación cercana a la vivienda hasta la lectura panorámica del paisaje lejano. Villa Alejandra propone un diseño de jardines contemporáneo en Marbella / Benahavís que celebra la arquitectura, el paisaje y la experiencia sensorial con propuesta funcional, estética y sostenible.













